‘¿Quién manda aquí? – Andrés Rodrigues, Pedro Markun, Larissa Ribeiro, Paula Desgualdo
Un libro ‘abrementes’
A medida que se le han ido presentando obstáculos, el ser humano siempre ha sido capaz de encontrar soluciones. Cuando quiso calentarse, descubrió el fuego. Cuando sintió la necesidad de transportar cosas, inventó la rueda. Cuando quiso dejar de mojarse, creó el paraguas. Ante la dificultad de abrir latas, ideó el abrelatas. Y ante el deseo de abrir la mente del máximo número posible de personas, escribió ¿Quién manda aquí?
Bueno, es obra de Andrés Rodrigues, Pedro Markun, Larissa Arroyo, Paula Desgualdo y un grupo de niñas y niños de entre tres y diez años. Pero, considerando que debería ser considerado patrimonio de la humanidad, uno puede atribuir la autoría de este precioso libro a la humanidad. Es como si la hubiéramos escrito entre todos y todas. Porque sus palabras son lo que todos y todas pensamos. Pero fueron aquellos brasileños y brasileñas mencionadas quien lo materializaron en un libro.
¿Quién manda aquí? no pretende adoctrinar a nadie. Busca simplemente abrir la mente a los niños y niñas que el vayan a lee. Busca, como el mismo libro explica, «invitarte a pensar y no dar respuestas». Y sí, es un libro dirigido hacia un público infantil. Pero realmente es recomendable para todos. Porque trata algunas injusticias comandadas por líderes políticos que son votados por nada menos que los adultos. Es un libro, pues, recomendable y esencial.
Si aún no la han tenido, constituye una primera toma de contacto ideal de aquellos niños y niñas con la política. Con la teoría de cómo funcionan los poderes en nuestra sociedad. La explica con mucha sencillez y sin parafernalia. Con unas ilustraciones exquisitas que siguen este mismo patrón minimalista. Si cada niño tuviera aquella primera de contacto hacia la política con este libro, tendríamos un futuro ilusionante.
Entre otras cosas, compara el poder que tienen los reyes con el que tienen los alcaldes o los maestros de escuela. Y de este modo, los niños y niñas pueden comprender más fácilmente lo que se está explicando. Es, por tanto, un libro de fácil digestión. Para tragar rápidamente y así poder dedicar un buen tiempo a la reflexión. Dedicar tiempo a pensar si es éste el sistema que nosotros o que los niños y niñas quieren tener.
El libro tiene dos finales. Y ambos son maravillosos. El primero es el de la narración misma. Invita a que nadie acepte lo que ya está establecido recordando que «había una vez una persona que a veces manda ya veces le toca obedecer e ir tirando. Pero que un día descubrió que tenía derecho a decidir». Hace una alusión, muy tierna, a sí mismo. A que tras la lectura de ¿Quién manda aquí?, el lector o lectora que en ese momento tiene el libro debe ser consciente del gran derecho que tiene.
El segundo final está en la última página, que explica brevemente quiénes son los autores y autoras del libro. Son los cuatro autores y el grupo de niños y niñas mencionados… y el mismo lector o lectora. En este sentido, recuerda que «eres quien construye esta historia de ahora en adelante».
Hay que hacer mención especial a los dos finales para que, entre otras cosas, son únicos. No son muchos los libros que invitan a sus lectores a prolongar su obra. Aquí el libro no se termina cuando se cierra. De hecho, nunca se acaba.
Tampoco termina cuando cualquier lucha social consiga lo que se propone. De hecho, nunca se acaba. Porque este libro reclama a gritos que, sea cual sea el sistema que nos manda, nos preguntamos qué se puede hacer para mejorarlo.
